Hay verbos que se conjugan completos,
que no tienen posibilidad de cambios.
Verbos que no dependen de otros,
ni cambian por los de afuera.
Aprender a conjugarlos,
es el secreto de la vida.
Podemos querer mucho,
más nunca Amar poco.
Podemos Orar un rato,
más nunca confiar un poco.
Creer, Amar y Confiar son verbos completos,
Verbos que son o no son
y si algo los altera, es que no eran.
Hay verbos traicioneros,
que se conjugan sin conocer su alcance.
Verbos que pueden hacer daño,
entrelazados unos con otros.
Debemos Escuchar lo que enseña,
más no lo que destruye.
Podemos Callar lo positivo,
más nunca Decir lo que es de otros,
intentamos Ayudar a los demás,
más no podemos Poseerlos.
Escuchar lo que destruye,
Decir lo que no es nuestro,
Poseer lo que no nos pertenece
puede llevarnos a Perder lo que queremos,
y perder lo que queremos
nos lleva a enfrentarnos desnudos,
al más terrible de los verbos: temer.
Hay verbos que nunca conjugamos,
que reposan en los diccionarios
apenas usados para enriquecer vocabulario.
Podemos hacer compromisos,
más difícilmente los Asumimos,
tratamos de conducir la vida,
más nunca la dejamos Fluir.
Nos decimos libres,
más no nos Desprendemos.
Asumir, Fluir y Desprender son verbos fundamentales,
que parecen olvidados.
Hay verbos intemporales,
que se conjugan en la mente,
que bien usados enriquecen
y de otra forma confunden.
Recordar es un verbo hermoso,
si no nos ata a un pasado.
Esperar es un verbo Grande,
si no nos limita el futuro.
Ser es un verbo único,
que conjuga todos los verbos.
Recordar, Esperar y Ser, son verbos eternos.
Patricia Alvarez
09/03/2000
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