En este momento de profundos cambios para la humanidad, cambios de paradigmas frente a lo que hemos aprendido a partir de la experiencia. Concebir al ser humano desde una perspectiva cartesiana aristotélica, en el cual se le divide en partes como cuerpo y alma o cuerpo mente y espíritu, hemos aprendido que resulta insuficiente para comprendernos y por ende comprender nuestra salud, por lo tanto haremos referencia al organismo como una entidad indivisible que se manifiesta a través de distintas funciones interdependientes (biológicas, mentales, espirituales), una de las principales de estas funciones, es el sueño.
Muchos hemos escuchado que dormimos una tercera parte de nuestras vidas, si hacemos este cálculo, esto significa que si llegamos a vivir 90 años hemos pasado 30 durmiendo, esto visto desde una cultura orientada a la productividad, puede parecer improductivo . Pero, más allá de eso , tendríamos que preguntarnos ¿ qué o por qué algo puede ser tan importante para el ser humano que ocupa una tercera parte de su vida? La respuesta es simple : equilibrio .
Estamos dotados de todo lo que naturalmente nuestro organismo necesita para restablecer su equilibrio y cuando el organismo no está pudiendo restablecer este equilibrio no es por un defecto en nuestra naturaleza sino por un defecto en nuestra vida que permite el buen funcionamiento del cuerpo.
El sueño ocupa 1/3 de nuestra vida, porque es lo que el organismo necesita para restablecerse de todo lo que le ocurre en los otros 2/3 de su existir. Las alteraciones del sueño pueden ser múltiples: desde no dormir , hasta dormir demasiado , pasando por una paleta muy diversa de otros trastornos y todos, absolutamente todos corresponden a algún desequilibrio orgánico previamente manifiesto , o no.
Durante el sueño se activan montones de funciones biológicas, algunas obvias como el restablecimiento del cuerpo por el descanso y otras quizás menos conocidas como la activación de la hormona del crecimiento en los niños , peor también ocurre un restablecimiento psíquico del que quizás poco se conoce en la cultura popular , mientras dormimos se abre de par en par la puerta de nuestro inconsciente permitiéndonos liberar tensiones psíquicas que pueden estar asechándonos durante las otras dos terceras partes de la vida que no pasamos durmiendo .
Para el Yoga, clásico existen 4 estados de la consciencia:
La vigilia, en la cual predomina la dependencia del cuerpo y del mundo material.
El soñar: estado en el que predomina una proyección mental del mundo material experimentado en la vigilia.
Dormición profunda, sin ensoñación, en el que la consciencia se libera de las limitaciones del cuerpo y de las ensoñaciones de la mente.
Turiya : Estado supremo de consciencia , sin limitaciones ni ataduras, popularmente conocido en la espiritualidad como Iluminación
Para la disciplina milenaria del Yoga, el sueño y los diferentes estados de conciencia que se pueden experimentar al dormir, deriva una de las practicas más conocidas en yoga, llamada Yoga Nidra, en la cual se pretende alcanzar los niveles de conciencia logrados al dormir, pero sin dormir, obteniendo los beneficios del sueño natural.
Alcanzar esos estados de conciencia, así como la sanación natural del sueño requiere de disciplina y comúnmente se denomina Higiene del Sueño.
En nuestra próxima entrega destacaremos algunas características muy simples y básicas, con las que podrás ir practicando hasta alcanzar los objetivos .
Luis Armando Borjas
Titulado de Yoga – Consultor
Contactos: -Instagram: lb.desarrollopersonal
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