Hay momentos, instantes en la vida, en que la razón y la lógica no funcionan mucho, casi que nos estorban.
Son momentos en que florecen los sentidos y las vibraciones; son instantes en que guardamos los juicios y los prejuicios, nos desnudamos de trabas y tabúes y dejamos libres al instinto y la percepción.
Es el minuto en que llegamos a ser nosotros mismos, es el instante en que Somos.
Tratar de explicar esos momentos es casi tan difícil como entenderlos, porque no hay nada que contar, ni tapar, ni atribuir, ni excusar; solo hay que sentirlos, respirarlos, vivirlos y dejarlos libres. Tan libres como para ni siquiera enturbiarlos con el recuerdo, tan libres como para no pretender que se repitan, porque son únicos en sí mismos, exclusivos y auténticos.
Darles continuidad mentalmente es encasillarlos, es darles un nombre, un lugar , una historia y un tiempo; y eso sería quitarles valor, matarlos...
A veces es el amor el que llega a nosotros de la nada para hacernos temblar de emoción; otras veces es la naturaleza que nos regala una visión tan hermosa que paraliza nuestros corazones y otras, las más es la Vida misma que se presenta en su más simple expresión, abriendo todos nuestros sentidos.
El instinto, el análisis, la razón, la ilusión, la costumbre y la misma fuerza que poseen nos lleva a veces a querer vivirlos una vez más y podemos acudir al mismo lugar, a la misma hora y con la misma persona pero nunca más será igual; será mejor o peor pero nunca igual y a veces, nos cuesta media vida entenderlo, llegar a comprender que nada se repite; que ese momento fue auténtico, sin preguntas ni respuestas , irreversiblemente hermoso, tanto que no hace falta ni recordarlo: ya está allí, atesorado en el corazón, formando parte de nuestra piel, de nuestra vida, de nuestra razón de Ser.
Y es importante, más bien es sabio, no contarlo, añorarlo ni explicarlo, tan solo vivirlo, sin permitir que nos coarte la libertad de seguir viviendo segundos, instantes, momentos, días , vidas...
Enero 1991 Foto : ®Pablovette
Nota : Cuando escribí imaginé que un día existiría un blog donde plasmar mis momentos, la realidad superó la fantasía y mi querido fotógrafo Pablovette fue la inspiración.
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