Dicen que los ángeles vienen del cielo y en este caso, fue bastante literal, porque la familia Rocha llegó a nuestra vida en una avioneta, en una época en la que para nosotros que una familia “normal” tuviera una avioneta era algo tan alejado de la realidad como vivir en un castillo.
El contexto de tiempo lugar y circunstancias esta claramente detallado en el primer relato , pero por si no tenes ganas de pincharlo ahora te resumo : éramos una familia uruguaya recién emigrados a Maracaibo , Venezuela en los tempranos 70. Yo, la más rebelde de la familia tenia 11 años y después de un periodo de enojo importante, acababa de tener una conversación personal con Dios pidiendo ayuda, negociando con Él mis mentiras y algún que otro pecadillo. De hecho, le hice una promesa rara de “te prometo portarme bien en Venezuela para que nos devuelvas a casa”.
Cuando llegaron , yo no tenia idea clara , vamos que ni clara ni remota, de lo que iba a suceder , sin embargo tenia una corazonada de que esa era su respuesta a mis ruegos e intentaré contarlos con objetividad , con la mayor posible entre lo que sentí en ese momento y lo que concluí después.
La familia , de origen argentino , la constituían papá Jorge, piloto y técnico electrónico, mamá Beba, también piloto, gerenta del negocio familiar y jefa de una casa que, si bien no era un castillo, regentarla daba ese trabajo. Sus tres hijas Mariel, Diana y Lilí, eran contemporáneas alternas con nosotros. Vivían en Cumaná, al oriente de Venezuela, lugar donde mi tío fue profesor de la Universidad años antes de irse a Maracaibo y se trabó la amistad entre ambas familias, ese era el motivo de la visita.
Había mucha confianza entre ellos, tanta que en un par de horas se estaba hablando de lo complicado que nos estaba resultado a nosotros la adaptación a Maracaibo, la falta de trabajo para mis padres, etc., etc. “Venite con nosotros “, dijo Jorge en un momento, como quien te invita a tomar el té en la casa de al lado. Nadie, ni grandes ni chicos tuvimos tiempo de reaccionar “Si, vengan , allá hay trabajo , es una ciudad chica que necesita gente “ Cada argumento , mejor dicho cada “pero” fue cubierto por él y su familia : su casa era grande, su hermana era dueña de un colegio laico para las nenas ( mi hermanita y yo) ,ellos tenían un segundo local comercial que no podían atender( trabajo para mi madre) , la ciudad estaba en pleno Caribe ( bromitas con mis tíos ya maracuchos sobre el lago contaminado) , no faltó detalle sin cubrir y en el plazo de ”nada” estábamos en Cumaná, instalados en su casa.
Aquí me detengo a pensar la mejor manera de plasmar todo lo recibido sin convertirlo en una interminable lista, jamás he visto tanto despliegue de bondad como ese y cada cosa que yo enliste en la descripción es una muestra de amor al prójimo fluyendo desde distintas fuentes, además de una “prueba” de que Dios parece estar en los detalles, (esto lo digo por mis quejas plasmadas en la entrega anterior)
Esa gran casa tenía 4 habitaciones principales y cada una de sus hijas cedió un espacio para que nos acomodáramos con ellos con holgura, nos presentaron a todos sus amigos grandes y chicos como familia recién llegada; donde ellos eran invitados, nosotros también íbamos. Las chicas mayores iban a liceos públicos y la mayor tenia su propio coche donde nos movíamos todas, igual nada estaba lejos y el transporte público era caluroso pero existente. (¿Captan la situación en relación a la anterior?)
Solo días tardó mi padre en tener un trabajo similar al que tenía en Uruguay y mi madre en convertirse en la gerenta del pequeño local mencionado, pero lo más grande estaba por llegar : mi padre hizo una compra de apartamento en pozo y faltaban unos meses para la entrega , esto fue mencionado en una reunión social donde un señor presente dijo “ Te presto uno que tengo vacío, anda mañana a mi negocio a buscar la llave” Si, con la misma naturalidad que Jorge había hecho la oferta inicial, este nos daba una casa como quien da la galletita del té. Dato de color: el señor se llamaba Generoso y era un emigrante español.
Con las chicas , digamos que hoy en día somos todos contemporáneos y cinco años no es nada en una generación, pero en aquel momento de Maracaibo la diferencia entre mis inubicables 11 y los 15 o 16 de mis primos era un abismo, en este caso Diana tenia mi misma edad y Mariel solo 2 más. Pero las afinidades no solo partían de allí sino del contexto familiar, de la pequeña ciudad , de...
¿por qué quiero explicar lo que simplemente Era?
Era amor y generosidad, fueron la respuesta contundente a aquel pedido que yo hice, y a muchas cosas más que no requieren de análisis, en el mundo de las formas ellas eran mis primas frente a la “pequeña sociedad” y en mi corazón, lo han sido siempre Durante los próximos cinco años fuimos muy, muy unidos todos y cuando surgía alguna disputa mi padre se encargaba de recordarnos el origen de esa amistad. Él también era un hombre agradecido y cada navidad compraba 2 botellas de lo que pudiera según la situación y nos mandaba a nosotras el 24 de diciembre a la casa del Sr. Generoso y del Capitán Millán ( el que le dio el primer trabajo) decía “entreguen esto y den las gracias de mi parte , de Jorge me encargo yo”, mientras estuvieron vivos , era un ritual . ( ¿se acuerdan que mi padre en teoría era ateo? Pero no pasaba por alto el “cumpleaños” de Jesús y emulaba su bondad)
Les decía que aquello duró cinco años, varios sucesos “entre adultos” que tratamos de torear, pero al final nos tocaron de cerca, hasta que vino una separación que dolió profundamente, desde muchos lugares. No sé si alguna vez alguien desenmaraño aquella tramoya, tal vez no fue necesario porque con el tiempo, por pedacitos nos volvimos a juntar sin ningún tipo de sombra en el corazón .
Esa, la anterior, es una historia familiar, pero es también una historia de amor y agradecimiento, esta familia nos llevó a encontrar nuestro lugar en Venezuela, a experimentar no solo el valor del venezolano sino la solidaridad del inmigrante que se reconoce en los hermanos.
Con ellos, también aprendí a amar el aire y el mar, experiencias de vuelos y de botes que sobrepasaron mi imaginación y se quedaron instaladas. Hicieron falta muchos años de prácticas para reconocer que Dios Es todo eso, pero aquella pequeña practica en Maracaibo fue una buena experiencia.
Otro día les cuento como me amigué con Maracaibo y su gente, je,je
Fotografias : Daniela Alvarez y Ralek Caston , todas de mi querida Cumaná
Patita ...Paty...Patricia ...mi queridísima amiga! Leyendo con mucha atención y orgullo esa primera aventura de la cual fui testigo "tangencial"; recordar a tus padres que fueron tan importantes para mí vida. La experiencia de conocer a Pocha y a Washington, las comidas, las conversaciones, la familia que fueron ustedes para nosotros,y en especial para mí! Recordar la mirada de "amor a primera vista" entre Oswaldo y tu...la complicidad con la llegada de "Epaminondas"...el aprender que no se puede enjaular a un ave, que necesita la libertad para que cante...fueron tantos mi familia, fuimos tanto como una familia que hasta nos alejamos, para nuevamente reencontrarnos ...llore la perdida de tus padres como si fueran los míos, porque además de padres fueron…