En mi reciente relato de migración escribí: “No voy a contarles hoy lo maravilloso que fue aquel viaje, porque sería un capítulo aparte”. Este relato es justamente eso, el “capítulo” que habla de esos 20 días de vacaciones que pasé antes de enterarme que era una migración definitiva, está escrito exacto como sucedió : cartas a mi mejor amiga de ese momento.
Caracas, enero 06 de 1973
Querida Lupe: ¡Feliz día de Reyes!
La tía Mary me dijo que acá no se festejan los Reyes Magos, y al principio sentí raro pero enseguida me di cuenta de que no me importa, porque este día de reyes es sensacional: ¡Estoy en Venezuela con mis primos!
Como te prometí, quiero contártelo todo, pero no sé si me dé el tiempo (ni el papel) porque son muchas cosas. El viaje fue largo y emocionante: miraba poco por la ventana y aunque no se veía nada, yo sabía que la selva amazónica estaba ahí abajo, dispuesta a tragarse todo, se que te vs a reír de mí, pero apretaba mi carterita con las provisiones que vos me ayudaste a guardar y como no pasó nada, ahora me las estoy comiendo a escondidas cada vez que me voy a bañar.
Papá no me hizo mucho caso porque coincidimos con una chica uruguaya, que vive acá y la tuvo todo el viaje haciéndole preguntas y tomando notas de su respuesta. Finalmente, después más de un día de escalas, llegamos. Nos estaban esperando los cuatro, ¡que altos y que lindos son!, parecen una familia de esas de revista, hace mucho que no los veía juntos, viste que iban a Montevideo de a uno, por lo caro del pasaje.
El Aeropuerto es Mucho más grande que el de Montevideo, pero ni bien salí del avión sentí un olor fuerte que no reconocía, era olor al mar, está en una ciudad de la costa que no me acuerdo el nombre porque es indígena, cerca de Caracas. Se sube por una Autopista que bordea las montañas y en un momento las atraviesa por unos túneles que se llaman Boquerón porque son como grandes bocas que se tragan a los autos (bueno eso me lo inventé porque me dio risa el nombre, no sé si es por eso).
Pero la risa se me acabó cuando aparecieron ranchos y casas humildes EN LA MONTAÑA, son muchísimas una encima de otra, algunas parece que se van a caer. Me explicaron que tienen una ruta y tienen transporte, coches propios y todas las comodidades, pero no entiendo bien como hacen para vivir así y sentí mucha angustia pensando que “eso” es Caracas. Pero no, de repente comenzó a aparecer la verdadera ciudad y más bien creo que aquello es como una ciudad metida adentro de otra.
¿Te acordás de la canción de Piero que tanto nos gustaba? “El Pulpo, La Araña, tu Sabana Grande...” Fueron las primeras 3 cosas que vi, la autopista por la que veníamos se transformó en un montón de vías que es la Araña y seguimos por una de sus patas-autopistas y apareció El Pulpo, yo sé que a vos también te cuesta entender eso de los Distribuidores que nos explicaron , es como la cabeza del pulpo o el cuerpo de la araña distribuyendo los tentáculos o patas de inmensos monstruos con coches-hormiguitas corriéndoles encima y cuando estás ahí, da un poco de miedo porque los autos van rapidísimo para todos lados. Nunca vi nada parecido, claro con los pocos autos que hay en nuestro país, ¡qué sentido tendría!
Lo de Sabana Grande si es otra cosa, tampoco es lo que pensábamos de una gran sábana con el acento de ellos, es un Boulevard como Calle Florida en Buenos Aires, lleno de tiendas, bares y confiterías con mesas al aire libre, no tiene subte ni teatros cerca, en eso no se parece . Lo que si hay es pila de árboles de navidad y luces, todas las tiendas y hasta la calle están adornados de navidad, caminamos mucho, dicen que hace frio en esta época pero están como a 18 grados.
Al otro día nos fuimos a juntar con una familia de amigos de ellos que viven acá muy alegre y dicharachera con la que anduvimos saliendo varios días. Viven en un apartamento muy mono en Prados del Este, que es el barrio más nuevo y fino de la ciudad. Pasa una cosa muy rara, si decís barrio, automáticamente, te estas refiriendo a un lugar pobre, el resto son “urbanizaciones”, ¡cómo me cuesta esa palabra!
La dueña de la casa se llama Cecé (en realidad es Carmen Cristina pero le llaman así) , es parecida a tía Mary , alta elegante y muy arreglada, bueno todos están siempre muy arreglados. Ella nos dio a probar platos típicos que me encantaron, pero a papá no le gustaron, sufrió un poco, pobre, creo que no le gustó ninguno.
. Hay uno que se llama “Pabellón Criollo” y te lo voy a contar porque es muy simbólico, es una mezcla de cosas que nunca se me hubiera ocurrido: es arroz, caraotas, carne desmechada, arepa y tajada. Ja, ja, Si ya se, solo entendiste arroz y carne, el resto te lo dije “en venezolano” a propósito. Caraotas son porotos negros, carne desmechada es carne hecha tiritas, la “tajada” el plátano que es una banana grandísima, que se usa solo para cocinar, no es fruta, es complicado porque si la fríen le dicen tajada, pero si va al horno no. La arepa es ese pan de harina de maíz que nos contaba Lore, que la ponen en todas las comidas. En fin, se llama Pabellón Criollo porque acomodan todo en el plato para que se vea como una bandera, queda muy lindo y me explicaron que es de la época de la colonia y simboliza las razas negras, blancas y pardas. (Me quedé pensando si las tajadas eran los chinos, porque son amarillos, pero me dio vergüenza preguntar).
También me dio vergüenza decir que, en verdad vi esto en nuestros paseos, la mezcla de gente de distintos colores y tipos, hay mucha más variedad que allá. y más unión, creo, bueno por lo menos más alegría.
Hicimos muchos paseos con esta familia, te quiero contar todo pero va a ser más fácil con las fotos, lo que te digo es que todo es grande e iluminado, es rara la sensación de estar acá, pero lo más rarísimo de todo es la Montaña del Avila , es preciosa tiene un montón de verdes distintos, de día parece que una fortaleza verde abrazando a la ciudad y de noche, que no se distingue bien, se sabe donde está porque la bordea un camino de luces que es la Cota Mil , es otra autopista hecha a 1000 metros de altura, ¿podés creer? ¿Cuánto mide esta montaña si el pie está a 1000 metros? Y también se ve porque hay una cruz grande iluminada y ahí hay un hotel con un teleférico que ahora no funciona. Dicen que es la misma montaña de los ranchos, pero del otro lado, pregunté cuanto mide de ancho, pero no me acuerdo lo que dijeron o no lo entendí.
Ya dejo de contarte cosas porque es muy tarde y mañana temprano nos vamos a Maracaibo, son como ocho horas de camino y va a ser mi primer viaje largo en coche. Te mando un beso y muchos saludos a todos.
Maracaibo, 08 de enero de 1973
Querida Lupe : El viaje a Maracaibo duró más de lo pensado, el auto de tía Mary es grande pero no tanto como para seis ,menos cuando son todos tan grandes y necesitaban estirarse, yo, por ser la más chica iba adelante con los tíos que se turnaban para manejar y pude ver bien el paisaje.
Pasábamos por muchas carreteras diferentes, unas autopistas como las que te expliqué y otras más como las de nosotros, montañas que no son el Ávila y campos, pero sin animales, vimos pueblos y ciudades de todo tipo. También unos lugares con muchas fabricas juntas que les dicen Zona Industrial y una Refinería petrolera que era medio confusa.
Pero te quiero contar que en ese viaje pasó algo importante : cuando aparecieron las primeras palmeras papá casi grito: “¡Esas Palmeras! ¿Hugo, te podés parar?”
Se paró y bajamos en una especie de kiosco grande con techo hecho de hojas de palmera , y ahí al ladito estaba la playa y el mar …reconocí el olor del aeropuerto, tenían razón , no es un río ni es un océano , es el Mar Caribe , y su olor es distinto , también su color. Y vi las gigantescas palmeras de las postales y la inmensidad a la que papá se refería cuando nos hablaba de ese lugar, ¿vos te acordás? Él estaba muy conmovido, insistía que ese era el lugar con el que había soñado cuando estuvo en coma, a ratos nos contaba cosas sobre eso y en otros estaba muy, muy callado, se le iba la mirada, por un momento tuve miedo de que volviera a recaer, tío Hugo se lo llevó un rato aparte, no sé qué hablaron , cuando volvieron ya estaba tranquilo, hasta que nos trajeron la comida, ahí supuse que había vuelto a la normalidad por la cara de asco, ja,ja. El plato tenía un gran pescado frito con arepa, ensalada y tajada, te digo que Cada plato de cada uno tenia un pescado entero y una arepa, que estaba riquísimo, pero a él no le gusta el pescado y verlo así fue peor. Solo comió la ensalada y unas galletitas que sacó del coche, ahí me quedé tranquila, ya estaba bien.
Llegamos a Maracaibo al atardecer, pero antes entrar hicimos la última vuelta y parada para ver el Puente sobre el Lago y las famosas torres petroleras , todo es muy impresionante , el lago, el puente , el tamaño ,los colores y la fila de torres petroleras, impresionantes como si fueran los molinos de Don Quijote.
La ciudad es mucho más chica que Caracas y no tiene la montaña, pero es muy linda , lo único es que acá si parece verano , hace muchísimo calor que contrarrestan con unos aparatos de aire acondicionado como esos que se ven en la casa del Coronel y que a veces dijimos en verano que queríamos tener pero ahora no quisiera, hacen muchísimo ruido, prefiero los ventiladores.
Chau querida, ya se va el tío al correo y tengo que darle esta.
Maracaibo 12 de enero de 1973
Querida Lupe : hoy los chicos comenzaron las clases de nuevo , acá las vacaciones largas son en julio y agosto , ahora no va a haber muchos paseos pero voy a tener tiempo de escribir mejor todo para no olvidarme y la tía Mary me dijo que me van a llevar a revelar algunas fotos porque acá es más barato.
Me olvidé contarte lo de la música del viaje, en todo el camino veníamos escuchando salsa y merengue a los que ya nos íbamos acostumbrando hasta que los chicos pidieron un casette de Gaitas Zulianas. Te imaginas la cara que pusimos papá y yo cuando decían “gaitas”, imaginábamos las gaitas gallegas o escocesas, cualquier cosa menos aquello que en realidad es muy alegre, mucha percusión, ritmo y letras simpáticas, aunque algunas no las entendía bien. Después de un rato dimos gracias que tío Hugo hizo valer su autoridad y se mandó uno de Los Olimareños. Nos emocionamos y cantamos con el tío y los chicos no entendían tanta emoción. Otra vez papá estaba mudo y el tío Hugo tuvo que explicar que esa música estaba prohibida en Montevideo y que habíamos tenido que deshacernos de los discos y entonces tía Mary subió el volumen y todos cantamos a coro la de “A Simón Bolívar”.
Te sigo contando de Maracaibo, por el calor tan grande la mayoría de los paseos los hicimos al atardecer o de noche , salvo uno que fue de día al mercado Guajiro donde está los Indios Guajiros con sus artesanías y sus cosas , es muy emocionante verlos en persona , las mujeres son muy lindas y se visten con unas túnicas de colores muy llamativos todas , es por el calor , cuando las mirás parece mucha ropa pero la forma de la hechura y la tela hacen que el calor se soporte más , tía Mary tiene una que usa en casa, le queda preciosa y dice que es muy cómoda.
El jueves de noche nos llevaron a ver Gaitas Zulianas en vivo, es muy emocionante, los cantos, el ritmo, pero sobre todo como bailan, es contagioso, muy difícil para mí, pero contagioso. Vi bailar a los tíos y me parecía increíble como se han adaptado, son de acá de verdad, allá creo que nunca los vi tan contentos.
Otra noche nos llevaron al estadio a un juego de baseball, podes decirle a tus hermanos que no hay peligro de que me parezca mejor que el futbol, no entendí Nada, ja,ja , pero igual me gustó ir , era grandísimo , muy, muy, mucho colorido y es divertido estar con los chicos en su ambiente , a papá le encantó ¿Sabés lo más raro? Como no tiene un tiempo estipulado, no se sabe cuándo termina, entonces uno no puede contar los minutos que faltan para que termine y es más fácil pasar el tiempo tratando de seguirlo. ( aunque no lo logres, como yo , aburre menos)
El sábado tenían una fiesta de 15 y nos llevaron , era un club muy paquete , con muchas mesas alrededor de la piscina y una pista de baile , todas las mujeres iban de traje largo como princesas o reinas , salvo yo que al principio me sentía rara en mi vestido corto, pero después me olvidé porque me puse a mirar el baile , parecía de cuento : Hacen como una ceremonia antes de que salga la cumpleañera con 14 parejas que la reciben y todos bailan un vals , la chiquilina salió con el padre. Hugo estaba en esa cuadrilla y me sentí muy orgullosa de mi primo, bueno vos sabés que siempre estuve orgullosa de él, pero en esto no lo conocía. Lore también estaba hermosa, con el traje largo parece más alta de lo que es y tiene pila de chicos atrás de ella, pero dice que novio ahora no quiere. Bailan salsa que no se puede creer que no sean de acá.
Dejé para contarte al final el paseo más raro: la iglesia. Yo sabía que los chicos acá van a colegios católicos, tomaron la comunión después de grandes, Tía Mary hizo renovación de su fe , es decir volvió a ser católica y tío Hugo dice que sigue siendo ateo pero es mucho más flexible que antes , ahora habla mucho con los curas y el domingo fuimos todos a la Basílica de la Virgen de Chiquinquirá , ( me costó Muchísimo ese nombre!) primero fuimos tipo paseo turístico a conocer la Basílica y después nos quedamos a la ceremonia. El tío Hugo y papá se fueron a pasear y me dijeron si quería ir con ellos, pero me dio mucha curiosidad y me quedé, era la primera vez que iba a misa de esa manera. Esa basílica es muy, muy grande y está muy adornada, la cantidad de gente que había me resultaba mucha , a ratos la misa me aburrió y me ponía a mirar a las personas y veía eso que te decía en la anterior : son muy distintos pero parecen estar todos contentos, sé que eso no es posible , pero los mirás y parece.
Bueno , falta poco para la vuelta y esta semana no va a ser tan divertida , capaz que me dedico a leer algo de la biblio del tío.
Beso grande
Paty
La siguiente carta la mandé con mi padre porque vino todo lo que ya leyeron en mis historias de migración, durante los próximos treinta años Lupe y yo nos seguimos escribiendo , bajamos la frecuencia, pero escribirnos era parte de nuestra vida . Conservamos muchos de los originales.
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